Hoy si he podido disfrutar y comprender el motivo por el cual existen muchísimas marcas de bicis de enduro, unas mejores, otras peores, y luego aparte está la mítica Santa Cruz... tan solo he tenido que abrirle el rebote de bajas y compresión de bajas en la horquilla, y en el amortiguador abrirle el rebote, ha sido la noche y el día, de estar casi decidido a venderla, a estar flipando con ella, claro al funcionar la suspensión a mi gusto también he podido funcionar yo con ella y comprobar lo sorprendentemente ligera que es a pesar de que solo hay dos kilos de diferencia con la mayoría de bicis de otras prestigiosas marcas, el reparto de pesos es increíble, la rapidez de movimientos, espectacular, se parece más a una bici normal que a una eléctrica, en fin, suoer contento con ella y deseando de salir otra vez con ella, increíble lo que supone llevar las cosas bien o medianamente bien reguladas.