PRIMERASIMPRESIONES Xduro 8.0 AllMtn 2018
Cuando testeamos un nuevo vehículo, con motoro sin él, las primeras impresiones tienen el valor añadido de no estar contaminadas por la adaptación natural que, con el paso del tiempo, se produce entre la persona y la máquina. En el caso de una bicicleta, todos sabemos que
podemos llegar a adaptarnos (hasta cierto punto, claro) a una mala geometría o, incluso, a una talla incorrecta. En el caso de la Haibike Xduro 8.0 (modelo
2.018) esta adaptación se produce de forma rápida y natural, sencillamente porque la arquitectura del cuadro logra un equilibrio casi perfecto entre
comodidad de marcha y agresividad en la conducción.
Pero, vayamos por partes: antes de nada debo decir que vengo de una Haibike Sduro 5.5 de 29’ muy rodadora
pero que manifestaba algunos síntomas alérgicos cuando los senderos se empezaban a romper y las cosas se complicaban. Era perfectamente normal
teniendo en cuenta su vocación de e-bike rodadora e ideal para pistas en regular o buen estado. Por eso, en los primeros quilómetros por asfalto con la
nueva Xduro 8.0 echamos en falta esa fluidez rodadora a la que estaba acostumbrado. En ese sentido, se tiene que reconocer que las Magic Mary 27 plus
de goma más blanda y taco generoso lastran notablemente. No solo eso, sino que el ruido de los tacos se hace perfectamente audible llegando a sobrepasar al
ruido del motor si hacemos uso del mismo. En asfalto y viento en contra moderado, puedo rodar en modo eco plus a 21 km/h. Con el mismo esfuerzo (en
realidad el mínimo), con la antigua 5.5 alcanzaba y mantenía los 25 km/h (límite de corte de la asistencia eléctrica).
Para esta primera prueba que va a totalizar 50 km. de trayecto, me dirijo a Cervelló desde El Prat de Llobregat. A partir de Sant Boi, casi todo por pistas, algunos senderos y un par de trialeras. Nada más iniciar la primera subida seria por pista un poco rota, la Haibike AllMtn 8.0 se transforma en una máquina más ligera y capaz de lo previsto. La doble suspensión, el balón de 2,8 y la progresividad del nuevo motor Yamaha PW-X hacen que ganemos en seguridad y eficacia. Ahora no hay desplazamientos laterales de la rueda trasera y tampoco necesitamos escoger con precisión la trazada óptima para subir. Después de pasar una riera y casi detenernos al salir del agua, iniciamos con seguridad la subida posterior. El motor es lo suficientemente reactivo para no provocar retardos que podrían ser críticos en la arrancada. Me atrevería a decir que el PW-X ha mejorado algo en ese sentido. Es decir, sin ser intrusivo en la asistencia, está siempre ahí cuando lo necesitas.
Pero lo bueno llega en este momento, el sendero pasa de trialera a notable subida con grandes piedras sueltas. Las sensaciones son geniales.
Aumentamos la ayuda de Eco a Standard e incrementamos la cadencia de pedaleo. La progresividad del motor se manifiesta de nuevo en forma de par generoso.
Vemos como aumentan las rallas que nos indican en el display el grado de asistencia. La bicicleta sube con facilidad, escupiendo hacia atrás algunas
piedras y remontando la pendiente casi como una moto de trial. Después de un variado recorrido por pistas fáciles y urbanizaciones en la montaña, empezamos
a bajar de nuevo hacia Torrelles. El firme de tierra es bueno pero con algún tramo húmedo; en nuestro trayecto hemos roto algún charco con hielo. Los frenos
de disco (Magura 203 mm y trasero de 180 mm) a pesar de estar en su rodaje inicial (acabo de estrenar la bici) responden con una buena dosificación y una
gran capacidad de retención a poco que insistamos con la maneta. Para mi gusto, quizá concentran su acción demasiado al final del recorrido de la palanca,
pero, en todo caso, es algo ajustable. La sensación general es de mucha seguridad. Es fácil detener la bicicleta incluso en bajadas con grava suelta o
tierra algo mojada. Además, la Haibike AllMtn 8.0 es ágil y manejable en las curvas en bajada. Tiene una buena distancia entre ejes y un ángulo de la
horquilla un poco agresivo (66 grados) que optimiza su rendimiento si la bajada incrementa su inclinación en algún tramo.
En general, se le nota muy segura y aplomada en todo tipo de descensos, siendo ésta una de sus principales virtudes. Por último, llegamos a Torrelles e
intentamos pasar a Sant Climent por un camino que recordaba de hacía muchos años (o eso creía). El caso es que la pista se convierte en sendero y el
sendero se acaba convirtiendo en un paso de jabalíes en medio de la vegetación. Al final, tengo que bajar de la bicicleta y empujarla mientras me abro paso en
el tupido bosque. Pero la experiencia me sirve para contrastar otra de las características de la Haibike 8.0. La bicicleta, a pesar del mayor peso de una e-bike, es
bastante manejable. He de decir que con mis 1,77 mts. de altura, he pasado de una talla L a una M (en realidad estoy entremedio de ambas). Además paso de
una 29 a una 27,5 plus. Y por último, he decidido no añadir accesorios en la bicicleta (candado, portabidón o portacámaras de repuesto, etc.) El objetivo es no incrementar ese mayor peso total en casos como este. Y la verdad es que, sin activar el botón de ayuda al arrastre, la Haibike se maneja con soltura y sin un esfuerzo agotador.
Al final, llego a un tramo ciclable en medio de un prado de altas hierbas que desemboca por fin a una pista que ya conozco. A partir de ahí, ya solo queda descender por una buena pista que serpentea hasta Sant Climent. Son unos últimos quilómetros de puro disfrute. Llevo ya toda la mañana con mi nueva Haibike 8.0 y me siento completamente adaptado a ella. Ya no freno en los pequeños saltos o piedras que voy encontrando al bajar. Las suspensiones Fox reguladas en dureza media absorben con facilidad y mucha seguridad esas pequeñas irregularidades. En el último tramo asfaltado que atraviesa la zona agraria del Baix Llobregat, la AllMtn Xduro 8.0 parece que ha ganado en fluidez y ya casi no noto el rozamiento de los neumáticos. Me queda un 30 % de batería, creo que he acertado en la compra y ya empiezo a pensar en mi próxima salida.