No sé yo…Casi todos los que vamos en bicis eléctricas es porque ya somos mayorcitos. Lo cual implica que tengamos que ir con cierto cuidado, porque los reflejos ya no son los mismos ni tampoco las recuperaciones ante una lesión. Hay que ser realista.
Por no hablar de que llevamos un panzer de 23 kilos. Y estos tanques no se mueven de modo tan fácil como un alambre de 12. Esas filigranas que se ven en el primer video pasando esas rocas, levantando la bici de delante…con el cuerpo echado muy atrás…puede desembocar en trastazo de tu columna contra el peñón de Gibraltar. No sé vosotros, pero yo ya no estoy para esos trotes.
La verdad, soy un cincuentón ciclista contumaz (y también motorista) desde que era un chaval, habiendo hecho barbaridades sin cuento; soy un “electrificado” reciente. Pero conforme vas cumpliendo una edad, la experiencia te enseña a ser comedido: hacer deporte moderado para que no te dé un infarto y no acometer imprudencias para no romperte ningún hueso. Salir a la naturaleza, respirar aire puro, romper la rutina…
A todos nos gustaría ser Danny MacAskill, pero nuestro tiempo ya pasó.
Reconozco en mí también esa ansia por afinar este arte, pero también reconozco en mí mis limitaciones: ¡que frustrante es no conseguir un buen “manual” ni un “bunny hop”! Pero es que un veinteañero lo consigue por su edad…y por darse hostias de vez en cuando. Se entiende, ¿verdad?.
Recuerdo a Cascoblanco reconocer que bajaba despacio. Esa es la actitud.
Dicho esto, nunca bien mal reciclarse y mejorar.
Pero desde la MODERACIÓN y la REALIDAD.