Así iba yo en la moto de mi padre cuando tenía 3 o 4 años (en el año 1953 o 54, ningún guardia decía nada, íbamos 3 en la moto, por supuesto sin casco), sentado sobre el depósito, agarrado al manillar, y de ahí viene mi afición a la moto, la sensación de libertad (como en la bici) es indescriptible.
A ver si a tu retoño también se le pega la afición!
Enhorabuena!